Gobiernan los demócratas: ¿qué implica para A. Latina?
Dalibor Eterovic Managing Director & Economist The Rohatyn Group
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Dalibor Eterovic
Ver a una turba entrar a la fuerza a un Congreso democráticamente electo es perturbador. Que haya ocurrido en Estados Unidos, el país más rico del mundo, es simplemente inaudito. Pero este evento, que pasará a la historia como el sello final de una Presidencia caótica, no fue el más trascendental de la política norteamericana en las últimas semanas.
La sorprendente victoria de dos demócratas en las elecciones senatoriales del estado de Georgia cambió el escenario político para el próximo par de años y, quizás, por todo el mandato de Joe Biden. Mas allá del fuerte simbolismo de la elección de un afroamericano y un judío en una región que los republicanos han dominado por décadas, estas victorias dejan al Senado hoy empatado con 50 senadores para cada partido y a la vicepresidenta Kamala Harris con voto dirimente. Con esto se da lo que acá llaman un gobierno unificado, donde las tres cámaras políticas (Ejecutivo, Senado y Cámara de Representantes) están controlados por el mismo partido.
La victoria electoral demócrata en Georgia transformó de un plumazo al gobierno de Biden de uno de transición, a uno con el poder y mandato para gobernar y reformar. ¿Cuáles son los efectos prácticos de un gobierno unificado demócrata?
Primero, el foco total de las políticas de la nueva administración estará en lo doméstico. Los temas serán salud, educación y empleo. La política externa, que Trump utilizó constantemente, ya que ahí no necesitaba la aprobación del Congreso, pasará a segundo plano. Si bien no es esperable un cambio relevante hacia Latinoamérica, al menos no debiésemos ver aumento de incertidumbre en las relaciones comerciales o amenazas de tarifas a países de la región.
Segundo, habrá cambios importantes en el mercado energético, con políticas orientadas a favorecer energías limpias. El programa de Biden es muy ambicioso al buscar cero emisiones netas en 2050. Mayores estándares regulatorios podrían afectar a exportadores de petróleo como México, Brasil y Colombia, aunque por el momento es difícil estimar potenciales afectos sobre el precio del crudo.
Tercero, por el lado monetario continuará la tradición de no referirse a las decisiones independientes de la Reserva Federal, y por el lado fiscal, es muy probable que el paquete recientemente aprobado con un monto entorno a US$ 1 billón (millón de millones) aumente significativamente. También, se abre la posibilidad de un programa de infraestructura que apoye mejorar la mermada productividad.
Sin embargo, un gasto fiscal más alto puede tener efectos apreciativos sobre el dólar. Algo de esto hemos visto desde la elección senatorial con el aumento de la volatilidad en las monedas emergentes. Este efecto sobre la moneda sería transitorio mientras se defina la magnitud del nuevo estímulo. El principal determinante de un ciclo de dólar débil es una política monetaria expansiva. Sólo un poco probable aumento sostenido de la inflación en EEUU pondría esto en jaque.